Hace un mes y medio, cuando vivía en una vida perfecta.
A uno de los pájaros de mi cabeza, se le ocurrió que debiamos mudarnos a otro planeta. Y yo que no soy nadie para llevarle la contraría, me puse a buscar un nuevo rumbo para mi y mis pájaros.
Por votación popular, elegimos en un planeta dónde no saben lo que es el sol, dónde las chicas visten de nochevieja diariamente, y dónde los hombres son de color rosa.
Tras un trayecto de dos horas en autobusvolador, y con mi vida en una maleta de veinte kilos, dejé atrás mis setenta y tres pares de zapatos, mi cachorro de yeti y mi maravilloso loft en el barrio de moda b'bridge.
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